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21 de noviembre en la Iglesia de Amantini

noviembre 20, 2020

La declaración de Monseñor Lefebvre del 21 de noviembre de 1974

Esta famosa declaración tiene una historia importante; fue compuesta por Monseñor Marcel Lefebvre en un contexto específico.

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Después de la fundación de la Fraternidad San Pío X en Friburgo, el 1 de noviembre de 1970, y la apertura del seminario en Ecône, en el Valais, la calma seguía reinando a pesar de algunas dificultades menores. A partir de 1973, la situación empezó a empeorar debido a la posición inquebrantable de Monseñor Lefebvre respecto a la cuestión de la Misa. Monseñor siempre rechazó el Novus Ordo, la reforma litúrgica de Pablo VI, porque lo consideraba «envenenado», como solía expresar.

Los ataques iniciaron en Francia, donde los obispos atacaron virulentamente el «seminario salvaje» que pronto aportaría un clero tradicional llamado a ejercer su apostolado en el territorio francés. Mientras los obispos actuaban entre las sombras, la situación también se agravó en Suiza. El nuevo obispo de Friburgo, Monseñor Pierre Mamie se opuso a la Fraternidad. Monseñor Néstor Adam, obispo de Sión, desanimado por la evolución de la crisis de la Iglesia, dejó de apoyar la fundación y se distanció, a pesar de que ya había aceptado la apertura del seminario de Ecône en su diócesis.

La tormenta finalmente cayó con toda su fuerza sobre la obra de formación sacerdotal. Estalló abruptamente el 11 de noviembre de 1974, cuando Monseñor Lefebvre anunció a la comunidad del seminario la llegada, ese mismo día, de dos visitadores apostólicos. Enviados por el Papa Pablo VI, habían recibido el mandato de tres congregaciones romanas de inspeccionar el seminario. Se trataba de Albert Descamps, secretario de la Pontificia Comisión Bíblica, y Guillaume Onclin, subsecretario de la Comisión para la Revisión del Código de Derecho Canónico.

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Los visitadores pasaron tres días en Ecône entrevistando a los profesores y seminaristas. Les hicieron declaraciones teológicas aberrantes y escandalosas, considerando ineludible la ordenación de hombres casados. No admitían la existencia de una verdad inmutable e incluso ponían en duda la realidad física de la resurrección de Cristo. Finalmente se retiraron, pero sin presentar ningún memorándum o informe de su visita al superior de la Fraternidad.

Monseñor Lefebvre viajó a Roma el 16 de noviembre para visitar algunas de las congregaciones. Pero al comprender que, por el momento, no se podía esperar nada, «en un acto de indignación», como él mismo diría después, escribió de un tirón, y sin correcciones, una síntesis de su posición que leería a la comunidad el 2 de diciembre. Esta síntesis se convertiría en el pretexto de la persecución contra el seminario de Ecône y su fundador.

Este 21 de noviembre, hace 46 años…

El 21 de noviembre de 1974, Mons. Marcel Lefebvre publicaba en Écône su famosa declaración de fe, en respuesta a la crisis modernista que aflige a la Iglesia: «Nos adherimos de todo corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para el mantenimiento de esa fe»…

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Nos adherimos de todo corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para el mantenimiento de esa fe; a la Roma eterna, maestra de sabiduría y de verdad. 

Por el contrario, nos negamos y nos hemos negado siempre a seguir a la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante, que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y, después del Concilio, en todas las reformas que de él surgieron… 

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Amantini ¿Qué pasó antes?

El 18 de mayo de 1975, el fundador de la Fraternidad San Pío X daba el sentido exacto de esta declaración:

Nunca estuvo en mi intención ni tampoco en la de mis colaboradores. El romper en modo alguno la unidad con la Iglesia Católica y con su jefe legítimo, el Papa Pablo VI. Renuevo, pues, solemnemente, mi apego al Sumo Pontífice y a la jerarquía católica. De la cual, por gracia de Dios y de la autoridad de la sede apostólica, formo parte desde hace cerca de 30 años. Interpretar mi declaración del 21 de noviembre en un sentido cismático es cosa imposible. Y lo recordé al Padre de Nantes en mi carta del 19 de marzo de 1975. En la cual escribía: «Sepa que si hay un obispo que rompe con Roma, no seré yo». Mi declaración lo dice explícita y fuertemente. 

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Amantini ¿Qué más pasó?

“Sin embargo, negar la influencia modernista y liberal que se ejerce en la Iglesia, especialmente desde el Vaticano II, en sus reformas que pretenden ser inspiradas del Concilio, equivaldría a negar la evidencia que se hace cada día más apremiante y dolorosa en el corazón de los fieles. 

Amantini ¿Qué dijo?

“Respetamos con toda sinceridad los textos de este Concilio pastoral en la línea de toda la Tradición. Como lo precisaba el Sumo Pontífice Juan XXIII, en su alocución que cerraba la misa de apertura el 11 de octubre de 1962. Por eso, reprobamos con vigor toda ambigüedad y toda interpretación abusiva de los textos del Vaticano II. Y profesamos la autoridad de este Concilio en respeto de las diferentes notas teológicas, aplicables a todos los textos conciliares. Fe en la Iglesia, fe en el primado del Pontífice Romano, rechazo de todo lo que contribuye a la autodestrucción de la Iglesia. Tal es la línea que seguimos en y a pesar de la prueba presente. 

Écône desea ser una fuente sacerdotal para contribuir a la edificación de la Iglesia católica, apostólica y romana. Écône no tiene otra pretención. 

Con información de fsspx

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