Celebrar cada Domingo de Adviento es una tradición católica para preparar el nacimiento de Jesús. El ritual se realiza en torno a la Corona de Adviento elaborada para que cada domingo previo al 25 de diciembre se ilumine el camino por la llegada de Dios.
Celebrar cada Domingo de Adviento es una tradición católica para preparar el nacimiento de Jesús. El ritual se realiza en torno a la Corona de Adviento elaborada para que cada domingo previo al 25 de diciembre se ilumine el camino por la llegada de Dios.
Ritual para encender las velas cada Domingo de Adviento
La Corona de Adviento lleva 4 velas que se encienden una por una cada domingo antes de la Navidad. En torno a ella gira una rutina familiar que puede incluir:
- cantos de villancicos,
- lecturas de la Biblia,
- oraciones.
Para ello, es ideal que la familia divida las tareas de manera que cada persona tenga una actividad asignada:
- alguien debe apagar las luces para comenzar el ritual,
- otra persona dirige la agenda,
- debe haber otro encargado de los cantos,
- tiene que haber alguien cuya tarea es hacer las lecturas y oraciones,
- y, por supuesto, un integramte de la familia tendrá la labor de encender las velas.
¿En qué orden se encienden las velas de la Corona de Adviento?
Esta consideración aplica cuando la familia optó por escoger colores diversos para las velas de la Corona de Adviento. Usualmente, cuando son todas de un mismo color, por supuesto no hay distinción en el encendido.
Sin embargo, cuando se hayan colocado tres velas de color morado y una rosado, se comienza con las de color morado los tres primeros domingo. El cuarto Domingo de Adviento se enciende la vela color rosado, debido a que ésta indica que la Navidad está cerca. También es un ofrecimiento a la Virgen María, Madre de Dios.
En el caso de que se incorpore una vela blanca, ésta siempre será la última, ya que simboliza la pureza. La vela rosada pasaría a ser entonces la tercera vela que se enciende.
Para acompañar el encedido de las velas se sugiere seguir las lecturas y oraciones que corresponden a cada Domingo de Adviento:
- Oración familiar para la Primera Semana de Adviento
- Oración familiar para la Segunda Semana de Adviento
- Oración familiar para la Tercera Semana de Adviento
- Oración familiar para la Cuarta Semana de Adviento
Con información de LN
Oración familiar para rezar en el Cuarto Domingo de Adviento
En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María, ya que se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por eso al lado de la corona se debe colocar una imagen de la Virgen con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la corona).
Un monitor o guía de la ceremonia hará la lectura del Evangelio y dirige las oraciones.
Al iniciar la ceremonia, todos hacen la señal de la cruz.
Monitor: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial: “Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada, que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado “Encarnación”. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.
Oración frente a la corona: (algún integrante de la familia enciende las cuatro velas de la corona tomando luz de la vela que está delante de la Virgen). “Al encender estas cuatro velas, en el último domingo de Adviento, pensamos en ella, la Virgen, tu madre y nuestra madre. Nadie te esperó con más ansia, con más ternura, con más amor. Nadie te recibió con más alegría. Te sembraste en ella como el grano de trigo se siembra en el surco. En sus brazos encontraste la cuna más hermosa. También nosotros queremos prepararnos así: en la fe, en el amor y en el trabajo de cada día. ¡Ven pronto, Señor. Ven a salvarnos!”
Monitor: Lectura del Evangelio: Lucas 1:39-45.
Por esos días, María partió apresuradamente a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró a la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en voz alta: «Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre. ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa por haber creído que se cualquier manera se cumplirán las promesas del Señor!».
Guía: Palabra de Dios
Todos: Te alabamos, Señor
Reflexión: Así como Isabel se conmovió por la visita de María, quien ya llevaba en su seno al Señor, nuestros corazones y también nuestro hogar se abren para que el Salvador pueda entrar en nuestra vida personal y familiar.https://abd56c86ec03d5265ec2a8115715d81e.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html
Se puede cantar un villancico.
Rezamos juntos un Padrenuestro y un Avemaría.
Oración final: “Querida Madre de Dios, te pedimos que nos hagas sentir aquella misma alegría y gozo que sentiste al dar la vida humana a Jesús. Te agradecemos por la presencia de Dios en nuestra familia y ayúdanos a llevar esta felicidad a todas las personas que más sufren. Amén”.
Al final de los cuatro domingos de Adviento, ya todos nos mantenemos a la espera del nacimiento de Jesús en el portal de Belén la noche del 24 de diciembre. (I)
Con información de El Universo
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