Por segundo año consecutivo, el número de personas que abandonaron la Iglesia católica aumentó considerablemente en Suiza, lo que sugiere una tendencia que no parece que vaya a revertirse. Estas cifras son proporcionadas por el Instituto Suizo de Sociología Pastoral (SPI), un centro de investigación respaldado por la Iglesia católica en Suiza.
31,772 personas abandonaron la Iglesia católica en 2019, una cifra «récord». Esto significa que hubo un aumento de casi un 25% desde 2018, año en que se registraron 25,366 salidas. Esta cifra ya representaba un incremento de más del 25% respecto al número de salidas en 2017, que llegó a 19,893.
La tasa de salida es del 1.1% en promedio para toda Suiza, pero con grandes diferencias entre los cantones. Por ejemplo, los cantones de Ginebra, Valais, Neuchâtel y Vaud apenas registraron bajas. Probablemente por el hecho de que en estos cantones francófonos dejar la Iglesia no implica la reducción de los impuestos eclesiásticos.
Si se excluyen estos cantones, la tasa promedio de salidas es del 1.4%, cifra similar a la registrada en los países vecinos (Alemania: 1.2% y Austria: 1.3%), donde el número de salidas también ha aumentado en los últimos años.
Las posibles razones de esta hemorragia
Según el analista del SPI, las razones de este aumento serían: los debates sobre la Fraternidad San Pío X (¡!) y las primeras noticias sobre los escándalos de abuso (sexual), en la década de 2010.
Los sucesivos reportes de abusos han debilitado la confianza en la Iglesia católica. Además, la moral sexual católica, el acceso a la Comunión de las personas divorciadas y vueltas a casar y la posición de la mujer dentro de la Iglesia católica, que son temas de debate público, han provocado un fuerte aumento en el número de fieles que abandonan la Iglesia.
¿Cuál es el perfil de los que abandonan la Iglesia? Un gran número de estudios sobre el tema muestran un panorama de esto: los hombres, los solteros y los jóvenes (a menudo al comienzo de su vida profesional) tienen más probabilidades de abandonar la Iglesia.
Sin embargo, el aumento en la proporción de personas de 51 a 60 años es alarmante. Parece que este fenómeno es cada vez más aceptado y socialmente aceptable.
Una tendencia general que también afecta a los protestantes
La noción de ser «miembro de la Iglesia» está cambiando. Entre los evangélicos reformados, la tendencia es similar a la que golpea a la Iglesia católica. En 2019, se dieron de baja 26,198 personas, lo que representa un aumento del 18% con respecto a 2018.
Los reformados tenían alrededor de dos millones de miembros a finales de 2019 (a finales de 2018: 2.15 millones). En comparación, alrededor de 3.1 millones de católicos vivían en Suiza a finales de 2019 (a finales de 2018: 3.18 millones), según cifras de las iglesias y diócesis cantonales.
Austria: el número de bajas de la Iglesia católica aumentó considerablemente en 2019
Durante una entrevista con un periódico local a principios de 2020, el arzobispo de Salzburgo (noroeste), Monseñor Franz Lackner, reveló que en 2019 la cifra de personas que abandonaron la Iglesia católica fue mayor que en 2018.
Aunque todavía no se publican los datos concernientes al resto del país, conformado por un poco más de 5 millones de católicos, el arzobispo de Salzburgo señaló que en 2019, alrededor de 5,400 personas abandonaron la Iglesia en su diócesis, es decir, 20% más que el año anterior.
Monseñor Lackner atribuye estas bajas particularmente a la «profunda crisis» provocada por los abusos sexuales perpetrados en la Iglesia, «y aquí en Salzburgo, a los conflictos internos de la diócesis». El prelado también mencionó los problemas vinculados a la gestión económica de Monseñor Alois Schwarz, obispo de Sankt Pölten, en el noreste del país, y a las controversias en torno a los cargos presentados contra él por la violación de su celibato sacerdotal.
El arzobispo de Salzburgo lamenta profundamente el hecho de que los fieles puedan «vivir tranquilos sin asistir a la iglesia durante largos períodos». En estos tiempos, continúa, «se puede decir sí a Dios movidos por la libertad y el amor, pero no porque la necesidad sea apremiante».
Monseñor Lackner aboga por una mejor «comunicación» sobre los servicios que las diócesis prestan en los ámbitos caritativos, culturales o educativos, así como por intentar restaurar la credibilidad de la Iglesia «tanto entre los fieles como dentro de la institución misma». – La santificación del clero a través del sentido del sacrificio, gracias a la Misa tradicional, sigue siendo el remedio real contra la vertiginosa disminución de la práctica religiosa. Los padres del Concilio de Trento ya habían comprendido esto en el siglo XVI.
Con información de fssp