El Padre Pío había conocido personalmente a Amantini y lo había definido «un sacerdote según el corazón de Dios«. La fama de santidad de este sacerdote, Cándido Amantini (1914-1992), nos hace pensar que también el Santo de Pietrelcina estaba en lo correcto.
Tras una vida dedicada al servicio de la Iglesia católica y de su grey, en 2012 al padre Amantini lo proclamaron Siervo de Dios y en el mes de noviembre de 2016 se cerró la investigación diocesana para confirmar sus virtudes heroicas, paso preliminar a una posible beatificación.
El 22 de septiembre, y en los tres días precedentes, en correspondencia con el 25° aniversario de su muerte… Los hermanos pasionistas del Santuario Pontificio de la Scala Santa en Roma, Italia -donde había vivido durante mucho tiempo- recordaron al padre Amantini. Lo recordaron en la oración junto a los fieles.
El pasionista Carlo Fioravanti, tuvo al padre Amantini como director espiritual. Y en la ceremonia de clausura de la investigación diocesana, lo recordó. Dijo: «Murió entre mis brazos. De él aprendí el gran amor por Jesucristo y el prójimo. Para mí fue un santo ya en vida, también porque cada vez que entraba en su despacho percibía olor a rosas» Así que no es casualidad que se llamara Amantini de la Inmaculada.