No lo enterrarán en una catedral y tendrá que pagar una suma de dinero a una fundación del Episcopado polaco para ayudar a las víctimas de abusos sexuales
Sancionaron a un cardenal polaco de 97 años, Henryk Gulbinowicz, el viernes. Y no podrá ejercer su ministerio ni utilizar las insignias tras una investigación cuya naturaleza no es precisa. Pero que según medios sería por presuntos abusos sexuales.
El Vaticano tomó estas medidas «luego de una investigación sobre acusaciones contra el cardenal Henryk Gulbinowicz y tras el análisis de otras acusaciones sobre el pasado del cardenal», según un comunicado de la Nunciatura, destacó AFP.
El cardenal no será enterrado en una catedral. Y tendrá que pagar una suma de dinero a una fundación creada por el Episcopado polaco para ayudar a las víctimas de abusos sexuales.
El sospechoso y sancionado
Cardenal por Juan Pablo II el 25 de mayo de 1985. Gulbinowicz es arzobispo emérito de Wroclaw (suroeste de Polonia) desde abril de 2004.
Lo acusaron de abusar en 1989 de un menor de 15 años y proteger a un sacerdote acusado de pedofilia. Así como de no informar a la Santa Sede de otro sacerdote con condena por el mismo delito. Se trata del tercer caso de ese tipo en la alta jerarquía eclesiástica en Polonia este año.
A mediados de octubre, el nuncio apostólico en Polonia anunció la renuncia del obispo de Kalisz, Edward Janiak, sospechoso de cubrir abusos sexuales cometidos contra niños por miembros del clero.
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Asimismo, en agosto, el papa Francisco aceptó la renuncia del arzobispo de Gdansk, Sławoj Leszek Głódź, de 75 años.
El muy controvertido Głódź, famoso por su alto tren de vida y el gusto por el lujo. Fue acusado el año pasado por sacerdotes de su arquidiócesis de hostigamiento psíquico cotidiano.
Además, es sospechoso de haber guardado silencio sobre los comportamientos presuntos de varios sacerdotes. Acusados por la fiscalía polaca de pedofilia. Entre ellos el capellán católico del sindicato Solidaridad, padre Henryk Jankowski, muerto en 2010.

Las investigaciones
El voluminoso informe sobre el encubrimiento -en Estados Unidos y en Roma- de los abusos sexuales del excardenal y exsacerdote Theodore McCarrick sobre monaguillos y seminaristas a lo largo de 48 años será presentado el próximo martes 10 de noviembre, según ha adelantado este viernes la Oficina de Información del Vaticano.
Aunque las primeras denuncias contra McCarrick, que ahora tiene 90 años, fueron presentadas en la diócesis de Metuchen (New Jersey) en 1994, la primera denuncia en la nunciatura en Estados Unidos no tuvo lugar hasta el año 2000, a raíz de su nombramiento por Juan Pablo II como arzobispo de Washington después de varios años como obispo en Metuchen y Newark.
Probablemente el Papa polaco -que estaba ya muy limitado por el párkinson y dependía de sus colaboradores -, nunca llegó a conocerla, pues le impuso la birreta de cardenal en 2001.
¿Impunidad?
McCarrick siguió siendo uno de los eclesiásticos de referencia de Estados Unidos hasta su jubilación en 2006. Y no fue castigado hasta que Francisco le suspendió de toda actividad sacerdotal en 2018. Al año siguiente le expulso del sacerdocio y, por consiguiente, del episcopado y del cardenalato.
El antiguo arzobispo de Washington era el segundo eclesiástico que Francisco cesaba en el cardenalato después del escocés Keith O’Brien. Sancionado por abusar de sacerdotes mayores de edad pero subordinados suyos en la diócesis de Glasgow.
El polaco Henryk Gulbinowicz
El caso de castigo por abusos -hecho público este viernes- es el del polaco Henryk Gulbinowicz, de 97 años. A quien -en una sanción mitigada por motivos de ancianidad- el Papa le ha prohibido utilizar los distintivos episcopales y ser enterrado en la catedral de Wroclaw, donde fue arzobispo.
Al mismo tiempo, Francisco condena al pago de una fuerte suma a la Fundación San José. Creada por la conferencia episcopal polaca para indemnizar y ayudar a las víctimas de abusos sexuales.
El exhaustivo trabajo investigativo para descubrir quienes encubrieron y protegieron a Theodore McCarrick en su larga y brillante carrera eclesiástica. Dio comienzo el 6 de octubre de 2018. Cuando el Papa confirmó: «No se pueden tolerar ni los abusos sexuales ni su encubrimiento, y un tratamiento distinto para los obispos que los han cometido o encubierto representa una forma de clericalismo que ya no es aceptable».
El Vaticano anunció que Francisco había ordenado «revisar por completo toda la documentación de los archivos de los departamentos y oficinas de la Santa Sede». Y adelantaba que «del examen de los hechos y las circunstancias podrían salir a la luz decisiones que no serían coherentes con el tratamiento actual de estas cuestiones».
Por último, Theodore McCarrick se trasladó en 2018 a vivir como huésped en el convento de San Fidel en Victoria. Un pueblecito de solo 1.200 habitantes en el estado de Kansas, bajo la supervisión del obispo de la diócesis de Salinas.
Con información de El Universal