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¿Qué hubiera dicho Amantini de las elecciones de EEUU?

octubre 20, 2020

¿Tú qué crees que diría Amantini de las elecciones? ¿Cuál crees que sería el candidato del padre Amantini de las elecciones? Los candidatos cortejan a los católicos que pueden decidir estas elecciones el destino de la primera potencia del mundo.

«Un buen católico debe entrometerse en política». Palabras que el Papa Francisco pronunció en 2013 son premonitorias de la campaña electoral de este año en Estados Unidos. Algo así diría Amantini de las elecciones ¿sí o no?

Las repite, de hecho, una monja de 74 añosSimone Campbell, de la comunidad de las Hermanas del Servicio Social, que está en plena campaña para pedir a sus correligionarios que no voten al presidente porque, según ella cree, «los católicos no pueden ser fieles a su fe y votar por Donald Trump en noviembre».

Dice esto ya que «él está haciendo lo que puede para dividirnos, mientras nuestra economía y sistemas de salud se quiebran bajo el peso de la pandemia de Covid-19. Esta es una crisis espiritual y nuestra fe y patriotismo nos obligan a alzar la voz y a actuar». ¿Trump nos divide? Pero ¿Biden aprueba el aborto? ¿y entonces?

La hermana Campbell, que es muy activa en política como directora de un lobby aquí en Washington llamado Network, está haciendo campaña por el primer candidato católico en 16 años.

Biden practicante y va a misa en domingo, y si gana, sería el primer presidente de ese credo desde John Kennedy, murió en ejercicio del cargo en 1963. Las encuestas más recientes reflejan que Biden tiene el apoyo mayoritario de los católicos, en un 51% frente al 44% del presidente, según el centro de estudios Pew. En 2016, Trump ganó el voto católico por siete puntos, con un 52%.

Para quienes apoyan al presidente, sin embargo, quien de verdad defiende los principios católicos es Trump, que es protestante. «El presidente Trump protegió la santidad de la vida, retiró fondos a organizaciones que practican abortos. Ha nombrado a dos jueces católicos al Supremo, y en suma ha dejado claro que su prioridad es proteger a los niños». Dice Brian Burch, presidente del grupo CatholicVoteJoe Biden, si gana, hará lo que ya hizo cuando era vicepresidente. Que es financiar abortos con fondos públicos y obligar a las Hermanitas de los Pobres a que los faciliten también», añade.

Amantini qué diría de esto. Burch se refirió a un sonado caso que defendió en los tribunales esa congregación y la administración de Trump. Que pidieron a la justicia que anulara una provisión de la reforma sanitaria de Obama y Biden que obligaba a los empleadores, incluidos los religiosos, a ofrecer seguros sanitarios. Pero sin poder rescindir en ellos los anticonceptivos, la esterilización y el aborto en los plazos legales. El Supremo falló a favor de las Hermanitas de los Pobres en julio.

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La comunidad católica en EE.UU. es ingente. Es tan grande y variada que en ella caben monjas. Unas que hacen campaña por Biden y otras que llevan a los tribunales uno de los mayores logros del gobierno del que fue vicepresidente. Son 51 millones de adultos en una población de 328 millones de personas. Y en una elección que se presenta reñidísima, ambos candidatos están haciendo lo posible por atraerse a los que indecisos.

El que más se está esforzando en ese apartado es el presidente Trump. Sobre todo porque la muerte de la jueza del Supremo Ruth Bader Ginsburg le ha permitido elegir como sustituta a Amy Coney Barrett, mujer católica. Cuando los demócratas la han criticado, como han hecho, por su religiosidad. El presidente y sus principales asesores católicos han denunciado prejuicios contra ese credo.

Según dijo el presidente tras enterarse de las críticas demócratas: «Esencialmente están luchando contra una religión importante en nuestro país. Esto es increíble. Luchar contra cualquier religión y luchar contra el catolicismo es simplemente increíble». Amantini qué diría, ¿qué piensas?

El presidente y su equipo recordaron aquellos aciagos años de hace un siglo en que el Klu Klux Klan perseguía también a los católicos. Sobre todo los inmigrantes irlandeses y católicos. Por considerarlos infiltrados del Papa en América, una especie de invasión extranjera para destruir los valores protestantes de la floreciente nación americana.